Croquetas de champiñones vegetarianas

Croquetas veganas
Adam es un vegano cuya pasión por la comida comenzó con una enfermedad que puso en peligro su vida y continúa hoy en día con un estilo de vida basado en cocinar y comer sano. Adam es chef cualificado y coach de bienestar especializado en una dieta integral basada en plantas. Adam explica cómo preparar alimentos deliciosos y sanos para tener salud, energía y vitalidad. Dirige programas en línea sobre alimentación sana y bienestar e imparte conferencias magistrales, demostraciones de cocina en directo y clases de cocina sobre el tema de la alimentación sana y el bienestar.
Croquetas de queso y champiñones
¿Buscas unas croquetas de patata veganas y sanas pero no quieres renunciar al sabor? ¡Se acabó la búsqueda! Te hemos preparado una receta deliciosa con setas ahumadas y un relleno secreto sin lácteos. Nuestras croquetas se inspiran en las clásicas crocchette italianas y en las croquetas de jamón españolas. Hemos eliminado la bechamel, los huevos y el jamón y hemos añadido crema de patatas, semillas de lino y carnosas setas. Son tan sabrosas que no creerás que son 100% veganas.Compartiremos contigo nuestro secreto para un relleno maravillosamente cremoso que sólo utiliza patatas. Oh, sí, ¡así de sencillo! La bechamel es un ingrediente clave de las croquetas españolas, pero no es apta para alérgicos a la lactosa o veganos. Por supuesto, puedes preparar una bechamel vegetal, pero hemos encontrado una forma más rápida y sencilla. Para sustituir los sabrosos trocitos de jamón de las croquetas españolas, hemos recurrido a las carnosas setas de cardo. Las picamos finas y las salteamos con ajo y pimentón ahumado hasta que estén crujientes. En cuanto a la cobertura, utilizamos "huevo de lino" vegano y pan rallado crujiente de panko, pero también daremos otras opciones en los consejos a continuación. Y por último, horneamos las croquetas en lugar de freírlas para mantener las grasas bajas. Disfruta de estas croquetas veganas de setas mientras aún están calientes y saborea su corteza crujiente y su corazón cremoso. ¡Simplemente irresistibles!
Croquetas de setas para freír al aire libre
Estas croquetas veganas de setas, o croquetas de setas, son la típica tapa española. El exterior es dorado y crujiente mientras que el interior es suave y cremoso con trocitos de setas carnosas. Cómalas solas o con su salsa favorita.
Las croquetas son una de las tapas españolas más populares y se pueden encontrar en casi todos los bares y supermercados del país. Se hacen con una bechamel que se enfría hasta que se puede enrollar fácilmente en forma de tronco y luego se empanan y fríen.
Normalmente, las croquetas españolas sirven para aprovechar los trozos de carne que sobran después de las fiestas. Basta con picarla y añadirla a la bechamel. Pero hay un par de variantes vegetarianas, como estas croquetas españolas de espinacas y la receta que sigue de croquetas de setas.
Para estas croquetas puedes utilizar cualquier tipo de seta que te guste. Yo utilicé una variedad silvestre llamada robellón, o níscalo, que están de temporada ahora mismo y son mis setas favoritas por su textura súper carnosa. Un buen sustituto por su textura sería la seta Portobello o la seta ostra, pero incluso podrías utilizar champiñones blancos.
Croquetas de setas trufadas
Las croquetas son bolas de masa empanadas rellenas de una crema bechamel, aromatizadas con cualquier cantidad de cosas. Aprendí la técnica de mi amigo Arturo, que se montó una fiesta de cumpleaños de croquetas con siete tipos diferentes de albóndigas: de jamón, de gambas, de jamón y gambas... y, para los vegetarianos, de champiñones y espinacas. Arturo tuvo la amabilidad de invitarme a su casa durante los tres (¡!) días que duró la preparación, así que después de ver cómo salían del fuego siete tandas de croquetas rellenas, me sentí lo suficientemente segura como para intentarlo yo misma.
Esta receta puede prepararse cómodamente durante varios días: el relleno de bechamel puede reposar en el frigorífico uno o dos días, y una vez formadas las croquetas y rebozadas en fécula de patata, puede reposar otro día más.
Nota sobre la fritura: tener un termómetro facilita mucho las cosas y evita las conjeturas. Te permite saber cuándo el aceite está a la temperatura óptima -de 190 a 200 grados Celsius, o de 375 a 400 Fahrenheit- sin que tengas que probar una o dos bolas de masa para ver si se queman, se doran bien o absorben aceite sin cocinarse. Además, lo que es más importante, le permite saber si el aceite se está calentando demasiado durante la cocción, y le evita quemar cosas.